LA MELODIA DE MEXICO (ARCHIVO RECIBIDO)

Un amigo argentino me dijo un día, al inicio del año 2000: “En México hay una melodía en el aire, que si llega un poeta a ponerle letra, cuidado”.
Esa melodía sigue existiendo, es un himno de igualdad, justicia y paz. Es el canto a la tierra del amor, la de los volcanes en pareja y el águila a punto de volar.
Y los poetas existen ya en todos los rincones del país. Son almas despiertas que saben que es hora de construir la nueva nación. Construirla con el arma más poderosa que tenemos: El corazón.
Vivimos en el reino del amor; necesitamos restaurarlo.
La melodía de México habla de la reconciliación nacional, del abrazo y el perdón a los indígenas, de la tierra trabajada por las manos de los dueños originales, del respeto a los derechos humanos, de la solidaridad para convertir la pobreza en abundancia, de la hermandad para trabajar hombro con hombro, del despertar cultural y artístico de toda la nación, de cómo la educación y la cultura acabaron con la violencia y la inseguridad, y de cómo la sabiduría indígena nos convirtió
en faro del mundo y la nueva era.
La melodía de México narra el nacimiento del Cristo cósmico entre nosotros, como un sol que nos amaneció por dentro. Como el destino final de este devenir histórico, lugar donde muere la dualidad en el pico del águila real.
México es el reino del águila real. Somos caballeros águila.
La melodía de México se escucha por todo el mundo, es la nueva conciencia del planeta. Es el entramado de una nueva cosmovisión. El revelado del final feliz.

Eres estrella

Según el guión del mundo de afuera, uno es un extra más dentro de las circunstancias existentes de una vieja película que se transmite diferida, desde el pasado.
Un extra sin importancia en la trama.
En el mundo interior los papeles cambian. Uno, antes que nada, es la estrella de su propia película.
Y también el guionista. Además del director y productor.
La vieja película es predecible y aburrida. Inhumana.
La película del ahora es en vivo.
Es la aventura de la vida desdoblándose ante tus propios ojos.
No hay que actuar, sólo Ser.
Ser la estrella del firmamento que cada Uno es.