martes, septiembre 02, 2003

Humano planetario Día 11 luna 2

Me gustaría salvarte y tu ni siquiera sabes de qué. Es más, es posible que nunca te des cuenta. Es mejor así. No le digas sí, nunca a mis enredos. Hay pie, desde que te metiste te pusieron pata. Y ahora míranos donde estamos los dos. Hay veces que tu, hay veces que yo, hay veces que todos.

Y no la firmes me dejó como cuatro días perplejo. Con una pluma “bic” negra en la mano y una novia de cuatro colores que se la llevaba la chingada. Estoy diseñando una fórmula para que me voltees a ver.

Antro y escuelas. Creí que eran lo mismo. Sólo que le ponemos nombre. Que lo tiene para quien lo tiene. Ya regresé. Siempre a pensar de nuevo. Y tú tan romántica. Me encanta decirte unas mentiras. No te lo creas. Y ya se que va a pasar cuando lo teclee.

Ya empezó la siembra. En octubre bajará de las montañas. Con su pelo rojo, a veces azul y en veces verde. En unos walkman oyendo pink floyd Amarilla. Y se escribe con “s”. Bajará otra vez y dira “ola” .

Multiplica tus ideas y multiplícate con tus ideas son cosas que podrían ser lo mismo. Como el día y la noche. En tiempo en equinoccio. No le dije nada, la vi disponible y yo sin conexión, no me atreví a acercarme.

Esta bien pues. No se porque no me lo quisiste decir con letras rojas. Pero no me voy a meter más allá. No te quito tiempo. Chateando.

Es un milagro, llegó la noche y con ella la manzana del hotmail. Me quedé embobado que ni siquiera pude decir adiós. De “haber” a “a ver” me gusta más “haber” porque hay. Acabo de empezar algo.

Ni siquiera me había dado cuenta que llovía y empezó a llover como un ciclón. Era mañana pero se cambió. Te vi, larga cual eres. Detrás del mostrador. Y ahí te mostrabas. Con todo eso que hay en el medio.

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