sábado, diciembre 01, 2007

PERDÓN PARA LAS CULPAS. Santiago Pando. (ARCHIVO RECIBIDO)


Lo que nos aleja de la conexión natural con el Creador son todas las cargas y culpas que venimos arrastrando del pasado.

Las culpas nos obligan a arrastrarnos, cuando nuestra naturaleza es volar. Las culpas nos obligan a reaccionar, cuando nuestra misión es crear. Las culpas nos llenan de negatividad y oscurecen la luz. Las culpas nos empañan la mirada, nos quitan claridad. Las culpas nos obligan a juzgar a los demás buscando alivio. Las culpas nos hacen creer en la farsa de que Dios nos va a castigar. Las culpas nos doblegan, nos humillan, nos arrodillan. Las culpas nos hacen olvidar que somos Dios en Uno.

Nadie tiene la culpa, todos estamos perdonados.

Aparte de ser la verdad, es la única salida.
O nos perdonamos entre todos o nos hundimos con todos.
El perdón individual y colectivo es el único camino a la ascención. El perdón libera, aligera, aclara y te da poder.

El perdón es un poder en sí mismo. Perdonar es seguir el camino de Cristo. El camino donde Todos somos Uno. La única forma de amar a tu prójimo como a ti mismo, es amándote tú primero. Y para ello es necesario perdonarse Uno. Y pedir perdón a todos los que sea necesario. Un dos tres por mi y por todos los demás, sin excepciones.

Hoy en México necesitamos recordar las palabras y las obras de aquel Hijo del hombre que habló de amor y de paz, de perdón y redención. El México de las culpas y los culpables está agonizando. Aquel país con la espalda doblada de culpas y chantajes ya se levantó. Recuperar la fe y el camino primero, para recobrar la confianza y la fuerza después. Yo soy el camino y la vida.

Recuperar la fe en el Cristo interno, recobrar el poder del corazón colectivo.
El reino del amor es de abundancia, y de generosidad y de equilibrio y de alegría y de paz.

Perdóname que yo ya me perdoné.

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