miércoles, octubre 01, 2003

221 día 12 luna 3

Hoy regresé hace un ciclo. Es extraño porque al parecer nada importa. Y los que estamos adentro seguimos sintiendo. Y entre todas las relaciones se forma el complejo. Desde aquí veo al mundo como soy.

Me es tan duro no mencionar tu nombre. Sabes. Quedé dentro de nosotros mismos. Este espacio que parecía ser solo un parpadeo entre los dos, se ha convertido ahora en un universo. Y es que visto desde otra perspectiva, lo que está de lado puede quedar de frente. Y el sol pega de otra manera. Y la profundidad puede llevarse el mandado.

La cosa puede estar en la capacidad de salirme de mi cuerpo. De hecho está en eso. Es decir, ambos somos l que sentimos. Que yo te necesite no debe ser argumento. No debo usar la fuerza para tenerte. Yo quiero ser usado por la fuerza que generamos los dos. Juntos. Y de lo que se trata.

No se. Siento que le estoy dando vueltas. Tanto punto me deja incompleto. Ahora quiero ahondar. Pero lo coma me aterra. Entre nosotros, los enunciados son largos cuando tenemos que platicar, cortos cuando solo nos vemos y nos ponemos a hacer caras y medianos cuando nos besamos. Algo en nuestros seres se ha encargado de mediarnos.

Tengo que seguir algo más que mi capricho. La palabra puede ser eso. Pero hay que saber diferenciar. No lo mantengas por favor por no dañar. Las palabras y las cosas necesitan de un proceso. Unas para ir diciendo y las otras para ser dichas. Cual es cual cambia a cada momento. Tu corazón se aterra y las confunde pero así somos. Ese es el abrazo más fuerte.

En oraciones largas te diré que me gusta platicar. Quedarme hasta ti sin mis palabras. Y retomar tu mirada que me dice que me calme porque el corazón que yo entiendo va mostrándose para dos. Y esas muecas. Cuando pienso en ti de noche, paso cada momento que inventamos. Creo que eso es lo que vivimos. Segundos que se esconden entre los sesenta rutinarios. Quien sabe como se llaman y eso no importa. No tener nombre nos sedujo a ambos.

Ser eso nada más que no entendíamos. Y deslizarnos por ahí. Con todo el amor del mundo para defendernos. Tú de ti. Yo de mí. Cuidándonos el uno al otro de los dos. Hablar de más siempre ha sido de cuidado. No me importa lo que escuchen tus oídos cuando salga de mi boca esta voz que se dirige a ti desde ti dentro de mi cuerpo. Llámese materia, espíritu o amor. Se en el fondo y en la superficie que el deseo de tu deseo es lo que me llama.

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