jueves, octubre 16, 2003

236 día 27 luna 3

No siempre las cosas se ven como son. La mayoría de nosotros solo estamos capacitados para ver un reflejo de lo que somos. Estamos tan acostumbrados a las mismas formas que solo el hecho de cambiar de perspectiva nos puede volver locos. Vivimos una santa inquisición de ideas. El consiente común o colectivo no va más allá de lo que nuestro cerebro puede interpretar. Salirse de lo que significa estar dentro de la mayoría es caótico para la misma mayoría. La mayoría ve Big Brother o las telenovelas, la mayoría escucha los éxitos de la radio, la mayoría tiene casi el mismo horario, la mayoría quiere ser como Estados Unidos, y así pudiéramos enumerar un todo. El planeta esta siendo dirigido y manejado por la decisión de esa mayoría o por la intención de cierta minoría que manipula dicha mayoría. ¿Hacia donde nos está llevando? Hay una forma de tomar el control de esta nave llamada Tierra.
Y es el amor. Empieza contigo. La Tierra es el lugar donde estamos todos.

Hoy tuve la clase di bicicletas personalizada. Solo la instructora y yo. Eso fue muy bueno. Nada más que no me metí tanto en el trance.

Quisiera decirle muchas cosas al Mario, pero no se, nunca las digo.

Navidad del 99 la pasamos en el rancho. Hicimos una fiesta de aquellas. Fue ahí cuando me calló esto de no poder decir ciertas cosas con palabras. En si, todo 1999 fue de una revelación de información muy extraña e interesante. En el verano de ese año fue cuando tome conciencia de la cuenta de los días.

Últimamente he pensado mucho en Martha. Creo que ella sabe de mí algo que ni siquiera yo se. Generábamos una energía muy pacificadora. Quiero volver a tener contacto con ella.

Hoy recordé también cuando empecé a vestirme de rosa. Era muy divertido ver como un color le afectaba tanto a la gente. Algunos culichis no se la acababan al verme. El colmo fue cuando me compré la mochila rosa. Ahí sí, hasta para mi era a veces insoportable las miradas. Sobre todo desde que una morra en Vallarta me grito joto. Desde entonces le pongo un poco de cuidado para usarla. Más de una vez, me han buscado pleito por rosa. Es muy divertido. Además es mi forma de pelear. Nunca lo había visto así. Pero también últimamente me digo a mí mismo: ya no pelees.

No soy violento pero me la paso peleando. Eso me tiene preocupado.

Bueno, quiero terminar con ese día. El final de la onda pasada.

Me puse a teclear lo del periódico y a manipular las fotos, en eso “Ahora sí... con los dedos cruzados” inició su sesión de messenger. Ahora la ha iniciado tres veces mientras yo he estado aquí y no me ha dicho nada.

Pasamos por todo, nos dejamos, nos amamos, nos tocamos, nos hicimos el amor, nos olvidamos y nos volvimos a dejar. Más o menos fue una plática de 45 hojas del word donde a mi me quedaron claro muchas cosas. Resulta ser que el mail que me mando fue un arranque del corazón, un momento en el que no pensó. Ahora, ya no quiere estar conmigo, ni que la busque, pero en si, toda esta plática de 45 hojas me dejó tranquilo. Le va a hacer caso a sus papás. Primero está la voluntad de ellos.

Tengo abierto el corazón. No estoy herido. Más bien estoy viendo a corazón abierto. Creo que es la única forma de ver las cosas por su lado positivo. Sino, las seguiremos viendo como salen en la tele.

Hoy en día no uso ropa rosa pero tengo una gorra con un hoyo atrás, arriba de la nuca, que se le hizo por dejarla colgada en una lámpara sobre el foco y se quemó. La cosa es que traer una gorra rota le causa un ruido muy parecido a la gente que andar de rosa. Sobre todo cuando visito a los clientes. De hecho la gorra rota fue lo que más llamo la atención a los medio y directivos en la exposición que tuve en difocur. Creo que estamos muy confundidos los humanos.

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